martes, 26 de octubre de 2010

¿En qué consiste un tratamiento de Reiki?

Un tratamiento de Reiki consiste en canalizar energía tanto hacia un lugar específico donde existe un problema, o al cuerpo entero, dependiendo de la dolencia y el tipo de tratamiento. 

Acuesto al paciente sobre una camilla, coloco mis manos sobre su cuerpo y mantengo la posición durante unos minutos sobre los chakras o centros energéticos principales y sobre los puntos concretos a trabajar. El paciente en todo momento está vestido y las posiciones de las manos son siempre sobre zonas que no vulneran la intimidad de la persona. 

Personalmente suelo dar los tratamientos en una habitación con luz tenue, música relajante, incienso y velas. Invito a el paciente a relajarse, a concentrarse en su respiración, a meditar, o simplemente a sentir... 

Durante un tratamiento, percibirás una profunda relajación. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada el resultado final. A veces, sentirás un "cosquilleo", calor o frío en diferentes partes del cuerpo según la energía fluye a través del mismo. Hay personas que experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie. 

En las zonas donde se te aplica el Reiki puedes sentir calor o frío durante el tiempo que las manos están presentes en esa parte del cuerpo. A veces sentirás como se tensan y relajan los músculos en la zona afectada. Simplemente es otra forma que tiene el cuerpo de ayudar a que fluya la energía. 

Durante la sesión, la energía fluirá dentro de ti, equilibrando tu sistema energético, soltando tensiones y estrés, aliviando dolores y activando la capacidad del cuerpo para sanarse. 

Aunque Reiki es muy eficaz, no es una "cura milagrosa" y sus efectos son acumulativos. Para realmente notar los resultados, se recomienda una serie de tratamientos de 4 sesiones. En la mayoría de los casos ese numero de sesiones es suficiente para solucionar problemas de estrés, tensión, ansiedad, insomnio y problemas emocionales. Los problemas físicos pueden necesitar más tiempo, dependiendo de si es una dolencia crónica o no, aunque existen casos de pacientes crónicos que con solo cuatro sesiones han solucionado el problema. 

Sea cual sea tu dolencia, tras una sesión de Reiki sentirás una sensación de paz y tranquilidad. Te sientes en condiciones para afrontar la vida y sus desafíos. Aumenta tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida. Situaciones anteriores de estrés parecen no preocuparte como antaño y sientes una profunda felicidad.

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